Los calçots son típicos de Cataluña, más concretamente de Lérida de la província de Valls, son originarios de allí, aunque hoy en día se cultivan en cualquier región. Vienen a ser como unas pequeñas cebollitas que no tienen más secreto que cocinarlas al fuego y comerlas con salsa romesco, ver receta aquí. Tienen un sabor muy particular, dulces, suaves y son como las pipas, no puedes parar de comer, cada comensal puede llegar a comerse unos 25 calçots e incluso más. Junto con la salsa hacen un matrimonio perfecto y tenemos que aprovechar ya que la temporada dura desde Octubre hasta Abril, durante este plazo de tiempo es la excusa perfecta para reunirse con los amigos y la familia y hacer grandes calçotadas. Os dejo un poco más de información sobre el calçot que he encontrado por Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Calçot
Primero de todo hay que recoger leña para hacer un buen fuego!
Aquí los calçots antes de cocinarse, fijaros que son como cebolletas largas. Hay personas que les quitan las raíces y los limpian un poco pero nosotros lo ponemos directamente sobre el fuego, ya que la raíz y la primera capa del calçot se retiran para comerlos. Se tienen que extender bien en la parrilla.
Creo que pudimos hacer sobre unos 400-450 calçots, si, si, lo habéis leído bien, jajaja. Se pone sobre el fuego hasta que estén hechos, esto lo sabremos una vez que el calçot haya dejado de echar agua, (se crean como unas pequeñas burbujas, cuando dejan de burbujear el calçot está listo).
Cuando estén listos se van poniendo en paquetes de 25 más o menos y se envuelven bien con papel de periódico (esto hace que se mantengan bien calientes hasta que estén todos hechos).
Lo mejor de hacer una calçotada, una parrillada, una barbacoa,etc... es que los hombres se adueñan de las barbacoas y las mujeres lo único que hacemos es mirar, jejeje. Es como si tuvieran el gen de la barbacoa, les atrae a todos, jajajaja.
Lo bonito de estas ocasiones es que todos contribuimos y trabajamos juntos y mientras vamos charlando, riendo,bebiendo, etc... y pasamos un buen rato.
Y claro entre calçot y calçot no puede faltar un buen porrón de vinito, jajajaja, lo mejor es cuando empiezas a beber y alguien te hace reír, entonces el porrón se va ha hacer puñetas, jajajajaja, ¿verdad cariño? jajajaja, que mala soy!
Fijaros en lo bien que se me da a mi, jijijiji.