Las tenía pendientes de publicar junto con la receta que mañana también saldrá publicada.
Son diferentes a todas las croquetas que he probado, por su sabor, su intensidad y su aroma, son un bocado exquisito y delicado, tenéis que animaros a probarlas y me contáis!
Ingredientes:
-130gr mejillones (sin cáscara)
-1 cebolla pequeña
-4 cucharadas soperas colmadas de harina
-300ml leche evaporada o leche entera
-2 o 3 cucharadas de caldo de mejillones
-aceite de oliva virgen extra
-aceite de girasol
-pan rallado
-1 huevo
-sal
Primero hervimos los mejillones, los sacamos de las cáscaras reservando un poco de caldo y reservamos.
En una sartén amplia sofreímos la cebolla con un poco de aceite de oliva virgen extra. Echamos la harina y rehogamos junto con un poco de sal. A continuación, vamos añadiendo la leche evaporada de poco en poco para que se integre, si véis que le falta un poco a la masa podemos echarle más, eso sera a gusto de cada uno. Echamos también dos cucharadas soperas del caldo de los mejillones, mezclamos.
Picamos los mejillones y los echamos a la mezcla anterior, mezclamos y retiramos la masa a un plato o cuenco tapándola con papel film (procurando que no quede ninguna burbuja de aire para que la masa no se reseque) y la dejamos templar, cuando este templada la metemos en la nevera y la dejamos de un día para otro o si tenéis prisa el tiempo suficiente para que la masa coja cuerpo y podamos trabajarla más tarde.
Batimos un huevo con un poco de sal y en otro plato ponemos el pan rallado. Vamos haciendo bolas redondas con la masa. Pasamos por el huevo batido y posteriormente por el pan rallado, así hasta terminar con toda la masa.
Ponemos aceite de girasol a calentar a fuego alto y cuando el aceite haya alcanzado su temperatura vamos echando las croquetas de poco en poco para que no se baje el calor del aceite, las freímos y las pasamos a un plato con papel absorvente.
Servir como más os guste y estarán listas para comer!
*Truco: En el paso de hacer las croquetas, como siempre salen muchas lo que suelo hacer es congelarlas. Las pongo en una bandeja con papel de horno y separadas entre si, las meto en el congelador y cuando estén congeladas las paso a un tupper o una bolsa de congelación, de esta forma nunca se os quedarán pegadas ;)
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