Cuando probé esta limonada me sorprendió por su dulzura ya que las grosellas son bastante fuertes y creí que quedaría una limonada de esas intensas en sabor pero me equivoqué su sabor es más bien dulzón.
Aproveché que mi suegra tiene un arbusto de grosellas para preparar la limonada con un toque diferente. La hice de forma tradicional, mezclando agua, limón y azúcar. No hice sirope porque no tenía tiempo. Tampoco tenía báscula por lo que lo hice a ojo pero contando las cantidades por si salía bien compartirla con vosotros.
Ingredientes:
-5 limones pequeños o 4 grandes
-grosellas al gusto, le puse como unas 10 vallas
-7 cucharadas soperas de azúcar
-agua fría, muy fría
En esta ocasión no llevaba hielo la limonada ya que el día estaba un poco nublado y el agua muy fresca por lo que no lo necesitaba, pero si es un día caluroso hielo a mogollón!
Exprimimos los limones y pasamos el jugo a la jarra. Añadimos el azúcar, removemos. Cortamos un par de rodajas de limón, las echamos.
Lavamos las vallas y con los dedos apretamos algunas, metemos dentro de la jarra y removemos.
Echamos el agua fría y movemos hasta que se disuelva el azúcar, será rápido ya que al estar el agua fría no os costará.
Servimos y estará lista para tomar!
2 comentarios:
Me apunto a tomar una copita¡¡¡¡¡¡
Me encanta la limonada! Y esta con las grosellas tiene que estar genial :) Qué suerte tener un arbusto de grosellas, mataría por uno! jajaja :P
Un beso!
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