A Topanga no le gustan los fritos, sé que es bueno pero hay muchas cosas que solo porque están rebozadas ya no las quiere ni probar, es más, a los nuggets les tengo que quitar el rebozado porque sino no se los come :(
No le gusta la carne rebozada, ni las croquetas, ni los libritos, ni las pechugas villaroy en definitiva nada que esté rebozado.
Estaba preparando croquetas de pollo y pensé: que pena que no le gusten, con lo ricas que están y se me ocurrió que podía hacerlas solo con harina a ver si le gustaban, así que preparé unas pocas y le han encantado!!!! Que contenta me puse, tenías que haberme visto :)))
Están deliciosas porque quedan con una pequeña capa de rebozado por fuera, pero muy fina y por dentro quedan jugosas, así que si tenéis algún peque al que no le gusten los rebozados, os dejo con esta idea a ver si así comen croquetas ;)
Ingredientes:
-1 pechuga de pollo hervida
-1 lata de leche evaporada
-2 cucharada de harina
-1 cebolla pequeña
-sal
-aceite de oliva virgen extra
-aceite para freír
-harina para rebozar
Ponemos a cocer la pechuga en una olla con un poco de zanahoria, puerro y apio, cuando este hervida retirarla y desmenuzarla, reservamos el caldo para una sopa ;)
En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva virgen extra y ponemos a pochar la cebolla cortada. Cuando este transparente la retiramos y la mezclamos con el pollo. Esta mezcla la pasamos por la picadora para que quede echo una pasta, reservamos.
En la misma sartén echamos la harina y la cocemos, añadimos la lata de leche evaorada y dejamos que vaya espesando, a continuación, añadimos la pasta de pollo junto con la sal y dejamos cocer durante 5-8 minutos.
Cuando este la masa de las croquetas lista, la pasamos a un plato tapada con papel film procurando que este toque la masa para que no se nos forme una crosta y dejamos enfriar en la nevera (yo siempre lo hago por la tarde y lo dejo en la nevera toda la noche)
Cuando este la masa fría hacemos las croquetas, pasándolas por harina. Las ponemos de una en una en una bandeja con papel de horno separadas unas de otras y cuando estén listas las llevamos al congelador (este proceso hace que la croqueta no se nos abra cuando vayamos a freírla).
Una vez congeladas podemos sacarlas de la bandeja donde las teníamos y pasarlas a una bolsa, de esta forma las croquetas no se nos pegaran y quedaran sueltas.
En una sartén ponemos aceite de freír a calentar y cuando este bien caliente echamos las croquetas, procurando no poner muchas en cada tanda. Cuando estén listas, las ponemos en un plato con papel absorbente.
Servimos y estarán listas para comer!
Un plato estupendo, rico y sencillo
ResponderEliminarde los de toda la vida
un besote
Pues sin rebozar nunca he probado, que buena idea para que pueda disfrutar de las deliciosas croquetas, normal que le encantaran,todo un vicio comerla jeje besitos
ResponderEliminarPues tienen una pinta muy apetitosa, nada que envidiar a las rebozadas, además nos ahorramos unas cuantas calorias. BSS!
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